Bienvenidos todos a este juego. Aquí no hay reglas ni leyes Morales o éticas, solo las que uno quiera aceptar, solo aquellas por las que quiera dejarse delimitar.
Aquí uno puede avanzar lo que su esfuerzo demuestre. A veces puede uno esperar varios turnos, pero la fe y la paciencia terminan de ganarle a la adversidad.
Aquí si uno cree merecer un objetivo, puede alcanzarlo.
Aquí el cambio es posible si uno puede visualizarlo.
Aquí quien rige el juego es el equilibrio. Aquí rige el retorno.
Aquí las almas son las que juegan, y la cantidad de jugadores es ilimitada.
Aquí se puede jugar individualmente o en grupos. Ambos tienen sus aspectos positivos y sus aspectos negativos.
Aquí todo está conectado. Cada acto repercute en la totalidad, y hace vibrar a todos los jugadores.
Aquí existe el amor, el odio, el bien y el mal. Existen los colores, los sonidos, la poesía y el teatro. Existe el día y la noche. La paz y la guerra.
Aquí no hay lugar para el miedo. Al miedo se lo acompaña, y se lo supera. No se le teme.
Aquí la verdad y la mentira luchan. Día a día, momento a momento. Aquí se juega sin saber bien quien movió la primer ficha, ni como caerá la última.
Aquí la energía es el combustible.
Aquí el placer muchas veces está mal visto, sin que reconozcan su gran importancia en el equilibrio del juego.
Aquí es privilegiado quien pueda aprender, crecer y superarse (pero lo que los jugadores no saben es que el privilegio pueden obtenerlo todos, si luchan por él y así lo merecen).
Aquí los jugadores eligen que casilleros recorrer.
Aquí hay jugadores que deciden interrumpir su juego antes de tiempo, y jugadores que no aceptan que uno de sus turnos en algún momento debe finalizar.
Aquí algunos creen que sentir y pensar sus movimientos es lo mismo.
Aquí cada uno de los jugadores cumple un rol en el todo del juego.
Y aquí, en este juego, puede que al fin y al cabo sea lo mismo que caminos tomar: al fin y al cabo, existe el equilibrio. Pero algunos preferimos jugar de la mano del sentir y de la intuición para caminar este juego; algún sentido ha de tener, y el mismo está adentro nuestro.
Bienvenidos todos a este juego: el juego de la vida.